in abrir los ojos, sólo escuchando el flip-flap que hacían las ruedas de los coches, Yoyo supo que había amanecido lloviendo. Y por el olor a pan tostado también supo que el desayuno estaba listo. Así que de camino a la escuela decidió cerrar los ojos y guiarse por los olores. Nunca imaginó las jugarretas que su nariz podría hacer.
Yoyo y el color de los olores/Bruno Heitz ; ilus. de Manuel Monroy ; trad. de Diana Luz Sánchez—México : FCE, 1999
39 pp.: ilus.; 19 x 15 cm.—(Colec. A LA ORILLA DEL VIENTO)
1. Literatura Infantil
LC PZ7 Dewey808.068 H757y